Jesús Javier Díaz: «Con las dietas buscaba el santo grial, algo que me cambiara el metabolismo»
Jesús Javier Díaz (50 años, Málaga) comenzó a ganar peso de pequeño, «con 7 u 8 años», porque sus padres, a causa de la posguerra y la escasez de alimentos, relacionaban la corpulencia con un signo de bienestar. “Si hacían cocido, me decían que me lo tenía que acabar todo, comía en exceso”, recuerda. No obstante, cuando vieron que llegó al sobrepeso, lo llevaron al pediatra. «Pero hace 40 años el sobrepeso no se veía como un problema -afirma-. Aún hoy hay médicos que llaman sobrepeso a la obesidad, o te dicen que te sobran unos ‘kilitos’, pese a que la obesidad es una enfermedad y hay que denominarla así y buscar un tratamiento específico”.
«Tuve efecto rebote, conseguí recuperar el peso perdido y más»
Jesús Javier ha hecho dietas desde muy joven. “No sé numerar cuántas, pero decenas. Sobre todo las populares, la de la piña, el melocotón, el sirope de arce, todas las que se basan en un único alimento, normalmente duran pocos días porque la pérdida de peso es muy fuerte -explica-. Sin embargo, como no tomas alimentos esenciales, al final te debilitas, sientes mareos y cansancio. También he sufrido el efecto rebote: recuperaba el peso perdido y más”.
El problema, afirma, es que las personas con obesidad buscan “en las dietas el santo grial, algo que me nos cambie el metabolismo con un poquito de esfuerzo, para después continuar con nuestros hábitos insanos y no engordar”. Sin embargo, admite que fallar una y otra vez daña “la salud emocional”. “Sentía frustración, dolor, te sientes desahuciado, porque has probado de todo y nada funciona”, denuncia.
Por ello, Jesús Javier es partidario de que el Gobierno “prohíba por ley” a las empresas que promueven dietas milagro que no se sustentan en la evidencia científica. “Se aprovechan de la gente, también las revistas que promocionan las dieta de famosos que no tienen supervisión médica”, subraya.
Jesús Javier indica con contundencia que “el riesgo que de las personas con obesidad es el desconocimiento”. Por ello decidió crear la Asociación Nacional de Personas Obesas (ASEPO) con el fin de ayudar a personas en su situación y ofrecer respuestas. El colectivo reclama que las personas con obesidad sean atendidas en los centros de Atención Primaria por equipo multidisciplinares formados por médicos, nutricionistas, médicos deportivos y psicólogos o psiquiatras.
Pero la reclamación, de momento, ha caído en saco roto. Solo Galicia y Catalunya están implantando la figura de los nutricionistas en los centros de salud. El resto de comunidades van por detrás y las unidades multidisciplinares solo existen en algunos hospitales, no siempre con los recursos suficientes, pero sí con listas de espera.